Alice Milliat, la pionera olvidada
- Kuña Sports
- 7 mar 2024
- 4 Min. de lectura
¿Sabías que hubo un tiempo en que no se permitía a las mujeres participar de los Juegos Olímpicos? Recién desde Ámsterdam 1928 pudieron hacerlo y, a partir de ahí, gradualmente hasta llegar próximamente a la igualdad en París 2024.

Cuando escuchamos/leemos el nombre barón Pierre de Coubertin en algún lugar, quienes amamos los deportes sabemos que se trata del fundador del Comité Olímpico Internacional (COI) y creador de los Juegos Olímpicos modernos.
Pero, cuando escuchamos/leemos el nombre Alice Milliat, ¿qué tanto sabemos? Muy probablemente nada o casi nada. Ni siquiera ahora que los Juegos Olímpicos vuelven a París y que, por primera vez en sus 128 años y con sus 33 ediciones, tendrán igual cantidad de atletas mujeres y varones participando.
Pero, ¿y qué tiene que ver esto con ella?
¡Todo!
La francesa -no, no es esa la relación con París 2024- fue la artífice de que las mujeres también pudieran competir en unos Juegos Olímpicos que -y no nos sorprende- eran exclusividad de los hombres.

Nacida en 1884 -cuando Coubertin ya tenía 21 años-, Alice era una aficionada a los deportes, en especial al remo. Y aunque nunca llegó a ser atleta profesional, luchó para que las mujeres sí pudieran serlo, sí pudieran competir en torneos, si pudieran viajar para representar a su país.
¿Cómo lo hizo?
Se hizo miembro del club Femina-Sport y en 1915 se convirtió en su presidenta. En 1917 fue una de las fundadoras de la Federación de Sociedades Deportivas de Francia, que llegó a organizar competencias de algunas modalidades femeninas. También fue su presidenta en 1919, y desde ese cargo comenzó su batalla para que las mujeres pudieran participar en los Juegos Olímpicos.
Un día le escribió una carta a Coubertin pidiéndole que aceptara la participación de las mujeres en algunas modalidades, especialmente el atletismo. Pero él se negó y le respondió de la siguiente manera: “Personalmente, no apruebo la participación de las mujeres en competencias públicas (...) En los Juegos Olímpicos, el principal papel de ellas debe ser coronar a los vencedores”.

Ante esta negativa, y lejos de rendirse, Alice Milliat decidió crear sus propios Juegos. En 1922, sólo un año después de organizar el primer evento internacional femenino en Montecarlo, se disputaron los primeros Juegos Olímpicos Femeninos. Fue en el centro deportivo Pershing de París y contó con la participación de 77 atletas de 5 países (Estados Unidos, Gran Bretaña, Suiza, Checoslovaquia y Francia).
El éxito fue tal, que el Comité Olímpico Internacional (COI) le prohibió el uso del término “Olímpico” en los Juegos Femeninos y la convocó para una reunión. Entonces, una Alice muy astuta aprovechó la situación para conseguir su objetivo: dijo a los hombres del COI que “Olímpico” era un nombre que no estaba registrado, pero que ella podía quitarle a sus Juegos, si ellos incluían a las mujeres en algunos deportes de los Juegos Olímpicos de 1928.
¡Retruco!
Así, en Ámsterdam 1928 las mujeres participaron por primera vez en la historia de la modalidad más importante del deporte mundial: el atletismo. Y ella fue la única mujer miembro del jurado de las pruebas de este deporte.
Pero como solo les permitieron participar en 5 pruebas (100 metros lisos, 800 metros lisos, relevos 4x100, salto alto y lanzamiento de disco) frente a las 22 en las que competían los hombres, Milliat siguió luchando.
Especialmente porque, argumentando con un reporte médico que las mujeres eran demasiado frágiles y no tenían preparación para correr una distancia superior a los 200 metros, la prueba de 800m fue prohibida para las atletas hasta los Juegos Olímpicos de Roma 1960.

Mientras tanto, Alice seguía organizando lo que pasó a denominar Juegos Mundiales Femeninos y, tras el de Londres 1934, emitió un ultimátum: integrarlas completamente a los Juegos Olímpicos de 1936 o ceder la participación de todas las mujeres a la Federación de Sociedades Femeninas de Francia.
A la IAAF (hoy World Athletics) no le quedó otra que establecer una comisión especial para cooperar con la Federación, que les cedió el control del atletismo femenino internacional a cambio de un programa ampliado y, sobre todo, un reconocimiento de las marcas establecidas hasta entonces en los Juegos Femeninos.
Sin duda, Alice no daba un paso sin tener claro el panorama que se le podría presentar, y siempre salía ganando. ¿Lo más admirable y digno de todo reconocimiento? Salía ganando no para ella, sino para las mujeres deportistas. Las que estaban y las que vendrían.
“Los deportes femeninos de todo tipo se ven perjudicados en mi país por la falta de espacios para jugar. Como no tenemos voto, no podemos hacer que nuestras necesidades se hagan sentir públicamente ni ejercer presión en los sectores adecuados. Siempre les digo a mis chicas que la votación es una de las cosas por las que tendrán que luchar si Francia quiere mantener su lugar entre las demás naciones en el ámbito del deporte femenino”, decía en una entrevista en 1934, once años antes de que las mujeres tuvieran derecho a votar en su país.
El voto, otro derecho más que a las mujeres se les era negado y por el que ella levantó la voz.

Por eso no es de extrañar que el Comité Nacional Olímpico y Deportivo Francés haya elegido un 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, para inaugurar su estatua en la sede del CNOSF, al lado de la del barón Pierre de Coubertin.
“A través de esta obra de arte, el deporte francés rinde homenaje y justicia a una pionera olvidada. Al instalarla bajo el resplandor de su techo de cristal, el CNOSF sitúa a la iniciadora de los Juegos Mundiales Femeninos en el Panteón de un Olimpismo que ella iluminó con su compromiso”, decía en 2021 Denis Masseglia, presidente del Comité Olímpico Francés.

Casi un siglo después de que Alice Milliat cumpliera parte de su objetivo en Ámsterdam, las casualidades de la vida harán que su país natal Francia sea sede de unos históricos Juegos Olímpicos: los primeros con igual cantidad de mujeres y hombres participando (5.250).
El logo de París 2024 tiene rostro de mujer, los Juegos Olímpicos París 2024 tienen el rostro de Alice Milliat.
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