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Lo que el fútbol ha unido, la cuarentena ha fortalecido

  • Foto del escritor: Kuña Sports
    Kuña Sports
  • 16 jun 2020
  • 10 Min. de lectura

Actualizado: 23 jun 2021

La web de Kuña Sports se estrena con una entrevista por partida doble, producto de una charla en la que "heta ro puka" con Dulce Quintana y Gloria Villamayor.




Como si no fuera suficiente haber compartido equipo en aquella primera edición de la Copa Libertadores femenina en 2009 y que, a partir de allí, los caminos recorridos fueran similares, el destino en “modo covid-19” vuelve a unir a Dulce Quintana y Gloria Villamayor.


Ambas estaban jugando en España -Dulce en el Espanyol (Primera División) y Loli en el Real Oviedo (Segunda)- cuando la pandemia que causó tantas muertes y mandó a todos al encierro, llevó a que se cancele definitivamente la temporada 2020.


Con vuelos suspendidos, fronteras cerradas y la imposibilidad de retornar de inmediato a Paraguay, ellas deciden pasar juntas la difícil cuarentena en la ciudad de Barcelona, distante a casi novecientos kilómetros de Oviedo.


“¡Arriesgué mi vida!, imaginate, ¡arriesgué mi salud! Estaba todo restringido. Tuve que saltarme todas las normas para llegar a su casa, para que no se quede sola y así me agradece”, dice Loli sin parar de reír y señalando a quien está sentada a su derecha, sonriendo de igual manera e insinuando que su compañera de cuarto exagera.

Y esa es solo una de las tantas escenas hilarantes que nos ofrecerían en una noche de viernes -el segundo del mes de de junio- dos de las grandes embajadoras del fútbol femenino paraguayo.


Dulce y Loli -o Gloria para quienes prefieren la formalidad- aceptaron la invitación de #KuñaSports a una “salida de chicas” en modo cuarentena y, desde el hotel Salud hablaron de todo… Bueno, casi todo, porque ¡pucha! ni una pista de sus respectivos futuros.


“Estamos negociando”, la clásica respuesta de todo futbolista, se escucha una y mil veces entre argumentaciones y solo logramos saber que Quintana aspira a renovar con el Espanyol y Villamayor busca nuevo club.


Y mientras sus representantes ya están en el operativo de cumplirles el deseo de volver a España, ellas siguen contando los días para reencontrarse con sus respectivas familias.


“Ya no es nada lo que falta, después de los tres meses que estuvimos allá”, afirma Loli, ansiosa por salir y… “¡comer una empanada!”. Sí, porque estar tanto tiempo fuera de tu país tiene estas cosas tan particulares, como “demasiado” querer “¡comer un asado!”, que en este caso es el deseo de Dulce.

Aclaramos, si acaso aún no vieron el Instagram Live, que estos antojos pasan a segundo plano cuando mencionan que lo primero que quieren hacer al llegar a casa es “abrazar a mamá”, aunque hoy uno de los principales pedidos de las autoridades sanitarias sea evitar el abrazo.


“Parece que a propósito nos hacen”, reclama sonriendo Loli y añadiendo, ya en tono más serio, que la cuarentena le está dejando muchas enseñanzas. “Fue aprendizaje total para mí”, afirma, reconociendo que en el primer lugar de las lecciones aprendidas está el “aprovechar más a mi gente cuando estoy acá”.


LA VIDRIERA LLAMADA LIBERTADORES


Al hablar de sus carreras y de cómo llevan caminos casi iguales desde aquella final disputada con la UAA en la primera edición de la Copa Libertadores Femenina, ambas coinciden en que este certamen es la gran vidriera para aspirar a una carrera internacional.


Entre risas y al unísono piden no hablar de aquel partido ante el Santos, que tenía nada menos que a la talentosísima Marta como principal figura, por lo que les seguimos el hilo y vamos a lo positivo de esa derrota: ambas impresionan a la directiva del Everton de Chile y logran así su primera transferencia internacional.



“La Copa Libertadores, que es el torneo más visto a nivel de clubes, es la que nos ayuda a dar el paso a Europa cuando Loli la conquistó en 2012 (con Colo Colo) y yo en 2016 (con Limpeño), pero antes de eso las dos ya teníamos un rodaje internacional”, destaca Dulce.

La jugadora del Espanyol agrega que necesitaban una conquista así para cambiar de continente y que el hecho de llevar varios años jugando en España demuestra “la importancia de la Copa en Sudamérica”. “Los que realmente siguen el fútbol femenino saben que la Libertadores es una vitrina muy importante”, más aún cuando los equipos “se preparan para ser campeones”, asegura recordando al conjunto chileno y al paraguayo, hasta aquí el único de nuestro país en levantar un trofeo continental femenino.


LA SELECCIÓN, OTRA HISTORIA


Pero, al hablar de la selección paraguaya bajo el mismo concepto de que pudiera ser una vidriera, su capitana ofrece una explicación que denota lo clara que tiene la película sobre lo que se debe hacer para volver a la Albirroja competitiva y protagonista.


“Yo creo que va de la mano acá la situación”, comienza diciendo, y argumenta: “para que la selección de tu país sea buena, el nivel de los clubes del campeonato local -porque la mayoría de las jugadoras que están en la selección juegan en Paraguay- tiene que ser bueno. Si el campeonato paraguayo no es competitivo, las jugadoras que son convocadas en consecuencia no van a competir a un nivel exigente”.


Dulce insiste en que “si el campeonato local no se potencia, las que vayan a la selección van a destacarse por sobre el resto de las jugadoras de Paraguay, pero luego pasamos la frontera -como decía un entrenador mío- y no pasa nada. Porque salimos a jugar contra una selección como Brasil, en donde la mayoría juega afuera, y chocamos contra una pared muy grande. Porque nos destacamos acá a nivel país, porque jugamos acá contra equipos femeninos y les ganamos por goleada, pero luego nos enfrentamos a rivales para ver de qué estamos hechas y se nota la diferencia”. “Para que la selección de sus frutos, el campeonato local debe ser potenciado”, sentencia.


Pero dentro de lo positivo que se ve actualmente en la selección, ambas destacan un hecho que por años vivieron en carne propia: ahora sí se convoca a futbolistas que juegan en el exterior.


“Es un esfuerzo muy grande de la Asociación Paraguaya de Fútbol”, reconoce Loli, al tiempo que Dulce afirma que “es una pequeña victoria que nosotras celebramos. Sabemos lo que recorrimos y lo que costó para que hoy la APF cuente con las jugadoras que están fuera”.


Después de asegurar que “si queremos crecer, de la mano tenemos que trabajar juntos, tanto la selección como las jugadoras y los clubes”, la capitana responde a la consulta sobre las posibilidades reales de clasificar al próximo Mundial de la siguiente manera: “Yo creo en el trabajo, no hay secreto”. Y luego hace un llamado a los clubes que “también deberían apoyar creyendo realmente en el fútbol femenino, no por un reglamento que te obliga sino porque creen en el proyecto y quieren que crezca”.

LA REVOLUCIÓN DE LAS FUTBOLISTAS


Otro momento de interesante análisis y aprendizaje que nos brindan estas jugadoras durante la charla es cuando hablamos de las manifestaciones recientes de sus compatriotas, que a

través de una campaña en redes sociales y un comunicado firmado por las capitanas de los clubes, piden a la Asociación Paraguaya de Fútbol que no se suspenda la temporada.


“¡Ya era hora!”, se adelanta a responder Loli. “Ya era hora que la gente paraguaya se empiece a poner las pilas, empiece a pedir y luchar por los derechos que tienen, porque es la única forma que tienen”, agrega, recordando cómo en Argentina, Colombia, Chile y España situaciones similares llevaron a la creación de sindicatos de jugadoras.


En ese sentido, Dulce cuenta la experiencia española: “se formó un sindicato de jugadoras que está luchando por un convenio colectivo en conjunto con la Federación y los clubes de Primera y Segunda. Hubo una jornada en la que las jugadoras afiliadas a ese sindicato hicimos presión para la firma del convenio. ¿Qué implicó eso? Ir a huelga. Hubo una jornada que no se jugó. Todas las jugadoras de todos los clubes nos pusimos de acuerdo en no presentarnos. Las árbitras estaban, pero las jugadoras no aparecimos en el campo de juego. Nosotras tenemos derecho a huelga, porque allá los contratos son profesionales. Asumimos las consecuencias de la huelga, pero se ejerció esa presión, no se jugó una jornada, que quedó cancelada y esos puntos no se retomaron. Luego, a través de las redes sociales - arma poderosísima- todas las jugadoras ejercían presión, jugadoras de mayor trayectoria y el resto se le fue uniendo”.


“Creo que más o menos eso están haciendo las chicas acá: jugadoras que son pilares en sus equipos, que se hayan manifestado y hecho el comunicado de que también tienen derecho a jugar con todas las medidas sanitarias como en el fútbol masculino”, entiende, y coincide con Loli en que “tienen que ejercer su derecho de protestar, porque muchas dependen también de esto por más que sea poco el ingreso”. “Nadie sabe dónde aprieta el zapato, y creo que es un pasito más que el fútbol femenino dio, porque si las jugadoras no se unen la ayuda no va a venir de arriba. El que no llora no mama, como se dice”, sentencia.

Independientemente a que no estén jugando en el fútbol paraguayo, ambas están dispuestas a respaldar a sus colegas si deciden continuar con esta campaña. “Todo por el fútbol femenino paraguayo”, ya lo dice Loli, a lo que Dulce añade que “al final, nosotras también salimos de un club de acá, sabemos lo que cada jugadora pasa en el día a día”.


Cuando la charla va hacia tratar de entender por qué tanto en España como en Paraguay el fútbol masculino tiene el OK para continuar, no así el femenino, Loli no duda en responder que “es por dinero, porque el fútbol masculino genera muchísimo dinero y el fútbol femenino todavía no”. “Yo creo que está mal, pero ¿qué podemos hacer en contra de eso? No generamos tanto dinero como los hombres”, reconoce, recordando los derechos televisivos y contratos publicitarios de las ligas masculinas.



EL APOYO OBLIGATORIO


Es increíble como esa diferencia que ambas reconocen lo dicen dos futbolistas que juegan en un país en donde el fútbol femenino comenzó a disputarse a finales de los 80, que tiene una estructura sólida, departamento de fútbol femenino en cada club, asesoría de prensa y hasta campañas solidarias y presentación de indumentarias con el equipo femenino y masculino, ¡juntos!


Pero aún así, todavía hay una marcada diferencia, comenzando por los salarios y terminando por el acompañamiento de los medios de comunicación.


Y si nos concentramos exclusivamente en Sudamérica, no podemos olvidar el apoyo de los clubes, que en este lado del continente es más por obligación -exigencia de la Conmebol- que por real interés.


Dulce, que vivió una experiencia única con el Sao Paulo de Brasil hace algunos años (llegaron a la final en su primer año, la perdieron y por ello el presidente decidió eliminar el fútbol femenino del club) lamenta que “nosotras, para tener ciertas cosas, primero tenemos que mostrar los resultados. A diferencia de nuestros pares hombres que tienen la estructura, los salarios y luego vienen los resultados. ¿Por qué? Porque les preparan para competir”. “¿Nosotras cómo vamos a hacerlo si no tenemos las herramientas correctas? Es una historia un poco triste, pero es la que hay. ¿Se avanzó? Sí. A paso lento, como de tortuga. Sí. Pero lo importante es avanzar y no quedarse en el mismo lugar siempre”, agrega.

En ese plan de avanzar, Loli -que bien sabe lo que es jugar fuera del país desde muy joven- alienta a sus compatriotas a “que aspiren a otra cosa, que no se queden solamente pensando en jugar en Paraguay, que busquen otra experiencia”, entre otras cosas, porque está convencida “que el fútbol femenino paraguayo va a crecer únicamente cuando más gente salga afuera a jugar”.


¿FUTURAS PERIODISTAS?


Está claro que aquí no transcribimos toda la hora y media de charla y risas, con derecho a corte de Instagram de por medio, de esa agradable noche, y por eso les invitamos a pasar por @kunasports para divertirse un rato.


Les prometemos que se pueden encontrar con fuertes declaraciones como las que hicieron cuando les pedimos que jugaran a comentaristas de fútbol a modo de casting para Kuña Sports (?).



Loli: “Fui a ver unos cuantos partidos suyos y a escondidas le digo las cosas. Desastre esta es (risas). No, para mí Dulce es una crack, me encanta como juega”.
Dulce: “Ya sabemos que su derecha solo tiene para subirse al bus (risas), pero ella anda en auto, no anda en colectivo. Hasta ahí nomás, voy a ser más suavecita”.
Loli: “Yo te dije cosas lindas y veneno mes estás tirando”.
Dulce: “Es una muy buena delantera, tiene buen juego aéreo... y eso”.

Obs: El Departamento de Prensa de #KuñaSports está estudiando sus casos.


En fin, solo es un poquito de los tantos momentos graciosos compartidos con quienes tuvieron que soportar dos incómodas y un tanto dolorosas pruebas de covid-19 a la espera del negativo del test y el positivo de la autorización para ir a casa.


ENTRE LA ADMIRACIÓN Y LA INSPIRACIÓN


Cerrar de la mejor manera una entrevista no es siempre tarea fácil, pero la propuesta final era conocer qué jugadora compatriota, con quien quizás compartieron equipo, les marcó el camino a seguir cuando ellas se iniciaban. Y acá no entran las Marta, Mia Hamm o Formiga, sino aquellas que están mucho más cerca.


Antes de terminar la pregunta, Loli ya hace un gesto que responde por sí solo. Señala con el dedo a su derecha, donde está sentada Dulce Quintana, capitana de la selección paraguaya de mayores, campeona de la Copa Libertadores en 2016 y jugando en el exterior desde los 20 años.


“Cuando yo empecé no tuve eso”, comienza diciendo Loli en relación a una jugadora que le sirviera de inspiración, que la motivara”. “Voy a ser sincera, yo era un desastre en mi juventud, era muy jodona, no tomaba las cosas en serio, vivía la vida loca, no me esforcé nunca, porque sabía que tenía talento”, se confiesa.


“Aquí mi amiga...”, prosigue señalando nuevamente a Dulce. “Yo le admiro porque es profesional, para mí ella es un ejemplo a seguir. Como persona, como jugadora... Y no porque sea mi amiga, porque hace poco que somos amigas. Pero conocerle más, convivir con ella en la selección, estar en la concentración, ver cómo se desempeña… Ella a mí me transmitió muchísimas cosas. Le dije muchas veces que le admiro y que gracias a ella ahora me esmero más, me esfuerzo más, quiero más cosas, quiero crecer”, asegura.

Y como queriendo romper con humor ese emotivo momento, remata pidiéndole “¡tampoco te creas tanto!”, mientras su amiga y modelo a seguir ríe a carcajadas y pide al DJ que suene de fondo el “No te creas tan importante”.


Pero cuando llega su turno de responder, y pese a que arranca también con humor señalando a Loli y diciendo “yo nunca me inspiré en ella”, Dulce se pone seria y aclara que en realidad es porque “teníamos caminos distintos en aquella época, cuando comenzamos”.


Y luego se pone todavía más seria para referirse a la jugadora que desde sus inicios, entre 2003 y 2004, llamaba su atención: “si hubo una jugadora que a mí particularmente me gustaba era Silvia Getto, una jugadora muy técnica, súper técnica, como pocas que vi en el fútbol paraguayo”. “Ahora hay nuevas promesas que me llaman muchísimo la atención, con quienes compartí en la selección, en la de mayores, en la Sub 20 y en la Sub 17 inclusive. Pero en esa época, que jugaba de delantera, me reflejaba en ella”, agrega.


Con la mayor parte de sus carreras hechas fuera del país, a Dulce Quintana y Gloria Villamayor no solo les sobra experiencia y “roce internacional”, como se acostumbra a decir en la jerga futbolera.


A las dos les sobra carácter, profesionalismo, sororidad reflejada en ese espíritu de lucha por los derechos del fútbol femenino y sentido de pertenencia a un torneo del que salieron cuando todavía eran muy jóvenes.


Hablar con ellas, además de un “heta ro puka” garantizado, es tomar conciencia real sobre el universo del fútbol femenino, es sentir que aún hay mucho por hacer, pero reconocer que no está de más celebrar las pequeñas conquistas.


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