Lo soñaron, lo trabajaron... ¡lo lograron!
- Kuña Sports
- 16 jun 2024
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Doce años, tres ciclos olímpicos, una selección, dos duplas, un entrenador. Toda una vida soñando con clasificar al evento deportivo más importante del planeta, y hoy el Team Paraguay de vóley de playa femenino puede decir: ¡Lo logramos!

El domingo 16 de junio de 2024 quedará grabado en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de estar en el estadio mundialista Los Pynandi, desafiando a la intensa lluvia que no paró en todo el día.
Ese mismo escenario que en 2022 brindó jornadas inolvidables con la selección de fútbol playa y la misma selección femenina de vóley de playa, este fin de semana volvió a ser el centro de algarabía, emoción y orgullo por los colores de nuestra bandera.
Tras una gran temporada -nuevamente- en el Circuito Sudamericano y el Clasificatorio Olímpico, Paraguay se ganó el derecho de ser sede de la Final Olímpica. Y la ventaja no era solo la condición de local, sino que también la de competir recién desde semifinales, al igual que Argentina.

Francismar Garrido, el entrenador brasileño que cambió la cara del vóley de playa paraguayo, se decidió por las duplas Giuliana Poletti-Michelle Valiente (1) y Érika Mongelós-Fiorella Núñez (2) para competir, recordando que este proceso también incluye a Laura Ovelar.
Giuli y Michelle demostraron por qué son la dupla uno, ganando sin perder un solo set los cuatro partidos que disputaron. Incluido el gran duelo ante Argentina 1, que tiene en sus filas a la leyenda, tres veces olímpica y campeona panamericana en 2015, Ana Gallay.
Erika y Fio tuvieron la responsabilidad, tanto en semifinal como en la final, de disputar el punto de la clasificación. ¡Y se vistieron de heroínas!
"Es difícil controlar las emociones, porque podés ver solo un poco el partido de tus compañeras y ya tenés que ir a calentar", reconoce Mongelós, sobre el hecho de tener que salir siempre a jugar el partido decisivo. "Pero después, así se disfruta más", afirma en relación también a lo mucho que sufrimos todos en ambas definiciones.

Es que en el último punto comenzaron perdiendo ante Argentina 2 y ya se sentía en el aire la posibilidad del Golden set para definir la clasificación. Pero ellas llevaron al extremo el segundo set, lo ganaron por 31-29 y en el tercero lo hicieron "más fácil" con un 15-10 que confirmó la remontada y la clasificación histórica.
"Forzamos más el saque y nos pusimos más las pilas, las garras y que sea lo que tenga que ser", explica Núñez -cerca de familiares y amigos que fueron a alentarla- al referirse a cómo hicieron para cambiar por completo el rumbo de un partido que se les estaba yendo de las manos.
Tanto, que Giuli y Michelle ya estaban calentando en el vestuario ante la posibilidad de tener que volver a salir a jugar. "Sentía una presión en el pecho, pero decía: tengo que estar tranquila, porque tengo que jugar... Fue un momento muy feo al principio", recuerda una ya sonriente Michelle sobre ese cuarto partido.

Hasta que el profe Francismar les dice "¡Nos vamos a París!", y allí la preocupación que reinaba en el ambiente se transforma en una felicidad indescriptible. "Es increíble en serio, nuestras compañeras se pasaron. Paraguay, el vóley de playa, ¡es olímpico!", resalta Giuli, a quien "todavía no" le "cayó la ficha" de tamaña historia escrita para el deporte paraguayo en general y el vóley en particular.
No sabemos cuánto tiempo va a pasar para que ellas dimensionen lo que van logrando. Sacarle a Argentina el cupo olímpico que siempre fue suyo -junto a Brasil-, llevar ya el rótulo de "rival a vencer" en Sudamérica y en los torneos del Circuito Mundial cuando antes solo iban a "competir por competir", contar con un gran semillero de jugadoras y jugadores que ya tiene a sus propias referentes olímpicas...
Quien las vio jugar -especialmente este fin de semana- puede creer que, con tamaña calidad demostrada, "parece fácil" clasificar a París 2024. Pero fueron doce años y tres ciclos olímpicos trabajando, trabajando y trabajando en silencio -con las que iniciaron este camino y ya no están, con las que son el presente y emocionan, con las que son el futuro y prometen- hasta finalmente poder decir: ¡EL VÓLEY DE PLAYA PARAGUAYO ES OLÍMPICO!
P. D.: Y, una vez más, fue el kuña mbarete.
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