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Monse Pineda Troche: "Volví a nacer"

  • Foto del escritor: Kuña Sports
    Kuña Sports
  • 14 abr 2023
  • 4 Min. de lectura

Semanas atrás una amiga de la casa, la nadadora Jennifer Rodríguez Basualdo, nos invitaba a conocer a "una súper atleta" con quien competían frecuentemente y cuya vida cambió a inicios del año pasado, tras sufrir un accidente de tránsito.


Imagen que siempre emociona: quienes hasta hace segundos eran sus rivales en el agua, se acercan para animarla a llegar a la meta. (Foto: Fb MPT).

Con la voz quebrada de la emoción/admiración y con la experiencia de quien lleva toda una vida nadando y cosechando medallas, Jenni nos decía que "para el diagnóstico que tiene, es imposible hacer lo que ella hace", explicando algunas exigencias propias de este deporte como "el cambio de aire que uno necesita hacer para oxigenarse y seguir".


La invitación estaba hecha y, con inmensas ganas de conocerla, la aceptamos. La aceptamos y decidimos que con Monserrat Pineda Troche arrancaríamos esta serie llamada "Cadena de Amor", en complicidad con la querida Jenni, a quien -podríamos decir- una cadena de amor le cambió la vida.


La cita fue en el lugar en el que probablemente Monse es más feliz -junto a La Nueva Olla, al parecer-: el Centro Acuático Nacional (CAN). El natatorio que sobrevivió a años de abandono para -gracias a la batalla de los propios atletas- convertirse en el majestuoso escenario deportivo que es hoy, es el lugar en el mundo de Monse, que es también una sobreviviente.


"Tuve un accidente muy fuerte y tengo una experiencia de vida que volví a nacer, gracias a Dios", nos dice ella misma después de haber "aflojado el cuerpo" en el agua. Porque -claro está- primero la natación, que es para ella "lo mejor del mundo", y después el resto.


Las expresiones de su rostro y de su cuerpo dan cuenta del amor que siente por este deporte, que era la actividad que más buscó durante los complicados y largos meses de internación y rehabilitación.


Monse sufrió un accidente de tránsito el 17 de enero de 2022 y estuvo en terapia intensiva 25 días. Con traqueotomía y gastrostomía desde entonces, pasó por numerosos estudios y evaluaciones, internada primero en un sanatorio y luego en su departamento, que fue prácticamente transformado en una sala de hospital. Con la ayuda de familiares, amigos y tanta gente que mostró su solidaridad, la llevaron a la clínica Fleni de Buenos Aires, donde estuvo tres meses y medio en rehabilitación.


El 12 de agosto regresaron con tan importantes avances que su madre, Sara Troche Fresco, considera una "obra de Dios". "Lo que le pasó a Monse es una obra de Dios. Que ella, desde el 17 de enero del año pasado a ahora esté así como está, es una obra de Dios y de todo el apoyo que tuvimos", asegura quien desde chiquita llama a su hija de una manera muy especial: "Ella es mi mamatila, es ejemplo de fortaleza y superación, lo único que desea es volver a ser como era siempre, independiente, trabajadora, excelente mamá".


Y en ese "volver a ser como siempre" está, sin lugar a dudas, la natación.


Por ello, dos meses después de haber vuelto al país, Monse regresó al CAN buscando "enseñar". "Siempre fui profesora de natación, siempre fui nadadora y buscaba demasiado, hasta hoy", asegura quien -lejos de lo que pensamos- no sintió como si fuera la primera vez el día que finalmente pudo entrar al agua: "Era como si fuera... ¡por favor, ya quería nadar muchísimo! Me faltaba ya".


José Adorno, entrenador y propietario del club Apunto Deportes Acuáticos, recuerda perfectamente aquel día: "Cuando ella vino, a reencontrarse con el deporte y con la vida, entró a este lugar en silla de ruedas, moviéndose muy poco. Ahora Monse camina, ya no necesita más silla de ruedas. A veces un poquitito de bastón, pero ella es una campeona, un ejemplo realmente", comenta.


José y Monse son amigos desde la infancia y quien no los conozca podría decir que él se expresa así por la amistad que los une. Pero basta observar solo un rato a Monse para ver todo lo que genera a su alrededor. Siempre hay alguien para tenderle una mano y ayudarla, ya sea a entrar o salir del agua, a subir o bajar las escaleras. Pero lo más bello -y un privilegio de asistir- sucede cuando está en competencia: todos los presentes, ya sea en las gradas o en el agua, fijan toda su atención en ella y se unen en aplausos y voces de aliento para ayudarla a llegar a la meta. "Agradezco a todos por verme, escucharme, demasiado feliz me hacen", dice ella al respecto.


Su familia, especialmente su hija y su madre, está siempre a su lado, para alentarla, para sostenerla. (Fb: MPT)

El poder de la fe


Cuando coordinábamos el encuentro con Monse, su madre nos dijo que iría sin ella porque "quiere ser independiente". Imaginamos una mezcla de sensaciones en mamá Sara al saber que su hija evoluciona cada vez más al punto que puede manejarse sola, pero al mismo tiempo la preocupación de no estar ahí con ese cariño protector que solo las madres tienen.


"La experiencia que viví con ella en todo este tiempo que llevamos en su rehabilitación no tiene palabras, solo la fe puesta en Dios y confiar en él, que hizo que pudiera avanzar junto a ella en este largo camino que aún nos falta. Pero como dije desde el primer día: con fuerza y con fe, un día a la vez", nos dice a la distancia, sin olvidar a quienes no las dejaron solas en este difícil momento.


"Quiero agradecer a todas las personas que desde el día uno me acompañaron con la oración, arma poderosa que dio sus frutos y permite que sigamos adelante. A mis hijos, sus hermanos, que día a día estuvieron con ella y que están, a mi familia. Sin el apoyo de todas esas personas creo que yo no hubiera podido continuar", resalta quien ya pasó por una dolorosa experiencia en la vida hace diez años, cuando perdió a su hija mayor y que también era deportista (Natalia) en un accidente de bicicleta.


Hoy vive rodeada del cariño de si hijos Enrique, Monse y Alberto, además de sus nietos Nicolás (hijo de Nati), Martina (hija de Monse), Juan Pablo, José Ignacio y Juan José (hijos de Enrique).


Pero si decimos que la familia Pineda Troche es toda la familia de la natación, no estamos exagerando. Porque como bien dice y siente Monse, gente que ni siquiera la conoce está a su lado para ayudarla "para todo: para subir, para levantarme, para tirarme, para caminar... en todo me ayudan todos". "Ya me conocen, gracias a Dios, y me quieren".


Sí Monse, te queremos y te admiramos.


Así arrancó nuestra "Cadena de Amor": Jenni presentándonos a Monse, dos atletas que no solo desafían sino que superan todas la pruebas que la vida les presenta. (Foto: Fb MPT)

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