Una historia de verdadero amor a las raíces
- Kuña Sports
- 27 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 abr 2023
Que un atleta se nacionalice para competir por el país de sus padres no es ninguna novedad. Pero que un atleta sacrifique aquello que más disfruta hacer durante cinco años para lograrlo, es de un amor verdadero.

Esto fue lo que hizo Gabriela Narvaez, la judoca cuya historia se hizo conocida cuando entre lágrimas y emotivas palabras conmemoró la medalla de bronce ganada en la categoría -48kg de los Juegos Odesur Asunción 2022.
Hija de paraguaya, nieta de paraguayos excombatientes de la Guerra del Chaco, Gabi tenía un solo objetivo en la vida: "representar al Paraguay, poder devolverle a todos mis ancestros, a toda mi familia, a mi abuela, todo lo que hicieron toda la vida, desde muy chica, por mí".
Fue así que comenzó a investigar cómo podría hacerlo y se encontró con el primer gran obstáculo: tenía que dejar de competir durante 5 años. ¿Se imaginan? Que les digan que dejen de hacer por tanto tiempo aquello que sienten que es para lo que nacieron.
Pero Gabi estaba tan decidida que lo cumplió, mientras acompañaba y veía a su pequeña hermana Paloma competir representando a Argentina.
"Ella siempre me dejó disfrutar mis logros tranquila, pero a la vez me ponía un poco mal porque no lo podía disfrutar con ella", comenta Palo, quien desde el próximo año ya podrá competir con su hermana tras cumplir con los requisitos deportivos de la nacionalización.
Papá Gabriel, de entrenador a fan N° 1
Cuando Gabi y Palo hablan de su papá, se les ilumina el rostro. Él es la razón por la que ambas se hicieron judocas, pues les transmitió la pasión por su deporte y hasta se convirtió en su entrenador.
Cuando tomaron la decisión de instalarse en Paraguay en el último año, la especial relación de padre e hijas pasó a ser a distancia. Y, como si ese techaga'u no fuera suficiente, dos meses antes de los Juegos papá Gabriel sufrió un infarto y su venida a Paraguay para el certamen estaba en duda.
Gabi recuerda el momento de celebración con él y toda la familia asegurando que "fue una forma de devolverle a ellos todo el sacrificio, porque nosotras estuvimos mucho tiempo acá y solamente con el apoyo de mi familia, mis papás trabajando, mandando dinero, apoyándonos, la contención, las videollamadas que, si bien no es lo mismo, nos afianzó como familia y nos hizo ser más fuertes".

El 2023 promete ser un año de mucha competencia para las hermanas Narvaez. Paloma comenzará a luchar bajo la bandera de Paraguay y Gabriela buscará su clasificación a los Juegos Panamericanos con el firme objetivo de "poder traer otra medalla".
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